lunes, 13 de enero de 2014

Tuve una compañera que se operó la mandíbula porque la tenía procnata o prognata o algo así, la cosa  es que tenía mandíbula como de perro o caballo, y se operó la quijada para no parecer viejita como los demás decían,  cuando vio el resultado de la operación no sabía a quien veía en el espejo. ¿Quién era esa persona que en lugar de quijada pronunciada tenía los cachetes cosidos como pelotas de béisbol? ,¿quién era y a donde había ido la mujer que entro al consultorio? Por supuesto que  no la verían jamás pero,¿como asimilar esa pequeña muerte? Pienso  en ello, y a pesar de que ya tiene como cuatro o cinco años, cuando lo recuerdo me reafirmo que debe ser de lo peor que te puede pasar... no, no, tener cachetotes de bull dog, sino el no reconocerse, y no solo hablo de no reconocerse frente al espejo  sino, no reconocerte en nada, como en lo que escribes o como hablas.  Lo que vistes no importa, igual nunca vas a ser tú.

Eso me pasa con este blog. Me leo y no me reconozco y como nada es peor que no reconocerse habrá que aplicarle una inyección letal.