Mi hermana se operó la nariz, me da pavor mirarle la cara
llena de vendas. Cada noche que me levanto al baño, ella se para al mismo
tiempo. Aunque no la quiera, pienso que tenemos una conexión extraña (la única
que tenemos) la cual hace que nos de ganas de ir al baño al mismo tiempo -al mismo maldito tiempo-. Pero yo siempre le gano gracias a mis
chanclitas de abeja y a los pasos gigantes que doy cuando la veo venir. Es algo bonito, como echar carreras con una momia.
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